Han transcurrido menos de 24 horas desde que cogí el teléfono y pedí información sobre la fibra óptica de Telmex hasta que ya me la habían instalado. Y vaya que a esta chica de ciudad le resulta chocante lo de tener que tender cientos de metros de cable por la calle, desde el cajetín a tu casa.
Recuerdo la odisea de conseguir “el teléfono” con Telefónica en mi infancia. Meses de espera. Si esto es efecto de la competencia que ha eliminado los monopolios, sobre todo los estatales, inherente al capitalismo, ¡pues que viva el capitalismo!