Para estas elecciones municipales 2015 estoy haciendo un análisis de los candidatos en base únicamente a la propaganda electoral que me llega a casa.
Solamente me falta recibir la de Ciutadans C’s. Caso de recibirla, la añadiré a este post.
Comencemos…
PP
Quizás junto con la de Ada Colau es la más trabajada. Primero, un detalle que la diferencia: es la única que llega “anónima”, con esto quiero decir que llega sin las siglas ni logo del partido en el sobre. Supongo que deben saber que en la zona no son muy estimados, y que con la gaviota visible el más que probable destino del sobre aún sin abrir será la papelera.
La misiva del PP tiene dos partes. Por un lado, una carta de Rajoy a todos los ciudadanos votantes. Se me antoja el canto de cisne del todavía presidente del gobierno. No está mal escrita. Nos recuerda que ha habido crisis, que él se ha arremangado y ha tomado decisiones difíciles y que gracias a ellas, pese a que todavía no se nota en los hogares, la economía está retomando el vuelo. Ni mención de la corrupción. Por el otro lado de la publicidad aparece el candidato local (el señor Alberto Fernández) con un discurso escueto y bilingüe (cada párrafo en un idioma) dirigido claramente a jubiletas en el que insiste en la mano dura, el orden, y poco más.
Ada Colau
Ni menciono el nombre de la coalición porque no lo tengo claro leyéndome la propaganda siete veces. La cara de la candidata ocupa 1/3 parte de la propaganda, la otra 1/3 parte es una carta personal de la candidata, y abajo del todo las 10 prioridades para Barcelona. Por un lado del papel, la versión castellana, por el otro la catalana. En la misiva se insiste en el tema de la corrupción, necesidad de cambio, etc. etc. Las 10 prioridades están bien enumeradas, son coherentes y se comprende de dónde vienen si se ha seguido de cerca la vertiente seria del movimiento altermundialista.
Trias
Lo que más llama la atención sobre la imagen de la propaganda del actual alcalde es el esfuerzo titánico que están haciendo para deslindarse del logotipo de CiU. Han decidido representar al alcalde con un objeto muy barcelonés: las gafas de pasta de colorines. Así que tampoco menciono CiU en mi cabecera como premio a sus esfuerzos. Trias va con un mensaje positivo, de trabajo y continuista, de generar riqueza. No hay versión castellana de su propaganda. Van con un hashtag de Twitter que es inutilizable dada su longitud: #millorantBCN (mejorando Barcelona).
ERC (los del SÍ)
Estos se lo toman muy en serio, escriben SÍ con letras muy grandes. Además, han redactado su publicidad como si de un acta notarial se tratara: “Yo, Alfred Bosch i Pascual, candidato (…) me comprometo con los barceloneses que si salgo alcalde voy a hacer esto…” seguido por el decálogo correspondiente. Bueno, al menos no ha plantado un monolito en su pueblo con sus promesas como hizo recientemente el tarado de Ed Milliband en Inglaterra. Nos promete que juntos construiremos la capital de la República Catalana, tras obligar a las empresas a contratar a un 12% de jóvenes, eso sí. Saben que es un caso de “praying to the already converted” y siguen con su cantinela para no perder lo ya ganado.
PSC
Este partido va a desaparecer el día 25 de mayo, sí o sí. ¿Quién le ha diseñado la campaña a Collboni, un macaco borracho? El elemento central de la propaganda es el hashtag #nofotem (no me jodas) que utiliza convirtiendo afirmaciones en preguntas y añadiéndoles la etiqueta, por ejemplo: ¿de verdad en Barcelona solo se decide entre Trias o Colau? #nofotem. Simplemente el hecho de que #nofotem no sea trending topic en Barcelona utilizándolo con todas las tonterías que ha puesto Collboni en su panfleto, es una prueba evidente de que el PSC es totalmente irrelevante. ¿Que Collboni va a crear 30.000 puestos de trabajo? #nofotem. ¿Que éstos se conseguirán a base de más deuda pública? #nofotem. ¿Que vais a poner en marcha el plan RUMB que consiste en CONSTRUIR MÁS VIVIENDAS TODAVÍA EN BARCELONA, que está llena de esqueletos grises y grúas abandonadas? #nofotem. Y así ad infinitum.
Seguiremos con C’s una vez recibamos su sobrecito (¡el de la propaganda!)