Hoy me he dado una vuelta por el festival Ús Barcelona. La ubicación me llamó la atención. Se trata de un tramo de la calle Pere VI de Barcelona cuyos edificios, medio derruidos, siguen parcialmente habitados, y al cual se asoma la iglesia donde me bautizaron y donde hice la primera comunión. Vamos, que tengo un conocimiento íntimo de las fábricas derruidas y los baldíos de la zona.
Parece ser que el Ayuntamiento quiere dar un último empujón y recuperar el cascarón de la fábrica Ca l’Alier para establecer un súper centro digital:
Pese a ese llamativo cartel, la zona parece… una zona de guerra, temporalmente invadida por simpáticos hipsters.
Había música en directo y DJ’s. Me gustó más lo segundo. Se alcanza a ver la iglesia que mencionaba antes: Sant Martí de Provençals.
Había unos cuantos artistas preparando sus instalaciones o simplemente pintando. No eran muchos. Supongo que el domingo estará todo más animado y más completado.
También había un poquito de obra. En alguna ya te decían lo que tenías que pensar de ella. La pancarta está bien, irónica y tal, pero tiene un error gramatical.
Esto también es arte en mi opinión, pero solamente se trata de la decoración de un puestecito de comida.
Porque en realidad es lo que más me gustó: los puestecitos de comida.
El Banh Mi:
Los burritos:
La comida ecológica:
El kebab:
El ganador éste último. El kebab de cordero, hecho a la brasa, aderezado con menta.
También me gustó la estación para que los niños hicieran sus pininos grafiteros. Solo había niñas, por cierto 🙂
Y este balcón bellísimo.
Esto fue todo. ¡Adiós, Ús Barcelona!

















