¿Cómo se comprueba que el fútbol profesional no es un deporte? Pues en los Juegos Olímpicos. Porque las protestas de cara a la prensa de Muniain, que pasarían desapercibidas en el arrabal barriobajero que es el circo de La Liga, La Champions, etc, resultan totalmente fuera de tono en Londres. ¿Mal arbitraje? Quizás. Pero si tenéis 24 ocasiones de gol y las falláis todas, mientras que Honduras tiene solamente una (gracias a una cantada en defensa y a esa estatua de sal llamada De Gea) y la aprovecha, ¿no será que sois malos? La receta está clara: un poco de decoro y marchad a casa a disfrutar de vuestra vida de millonarios sin dar tanto el cante.
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